sábado, 4 de diciembre de 2010

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Adaptación de Edipo Rey para representar en cinco minutos.

LU > Teatro: adaptación de Medea

Adaptación de Medea para representar en cinco minutos

martes, 23 de noviembre de 2010

4A - LARRA > "La diligencia" y RENFE

Reportaje al modo de los artículos de costumbres de Larra

(Los trabajos deberán ir firmados con pseudónimo)

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La diligencia
 (Mariano José de Larra)


Cuando nos quejamos de que «esto no marcha», y de que la España no progresa, no hacemos más que enunciar una idea relativa; generalizada la proposición de esa suerte, es evidentemente falsa; reducida a sus límites verdaderos, hay un gran fondo de verdad en ella.
Así como no notamos el movimiento de la tierra, porque todos vamos envueltos en él, así no echamos de ver tampoco nuestros progresos. Sin embargo, ciñéndonos al objeto de este artículo, recordaremos a nuestros lectores que no hace tantos años carecíamos de multitud de ventajas, que han ido naciendo por sí solas y colocándose en su respectivo lugar; hijas de la época, secuelas indispensables del adelanto general del mundo. Entre ellas, es acaso la más importante la facilitación de las comunicaciones entre los pueblos apartados; los tiranos, generalmente cortos de vista, no han considerado en las diligencias más que un medio de transportar paquetes y personas de un pueblo a otro; seguros de alcanzar con su brazo de hierro a todas partes, se han sonreído imbécilmente al ver mudar de sitio a sus esclavos; no han considerado que las ideas se agarran como el polvo a los paquetes y viajan también en diligencia. Sin diligencias, sin navíos, la libertad estaría todavía probablemente encerrada en los Estados Unidos. La navegación la trajo a Europa; las diligencias han coronado la obra; la rapidez de las comunicaciones ha sido el vínculo que ha reunido a los hombres de todos los países; verdad es que ese lazo de los liberales lo es también de sus contrarios; pero ¿qué importa? La lucha es así general y simultánea; sólo así puede ser decisiva (…)

No es fácil imaginar qué multitud de ideas sugiere el patio de las diligencias; yo por mi parte me he convencido que es uno de los teatros más vastos que puede presentar la sociedad moderna al escritor de costumbres.
Todo es allí materiales, pero hechos ya y elaborados; no hay sino ver y coger. A la entrada le llama a usted ya la atención un pequeño aviso que advierte, pegado en un poste, que nadie puede entrar en el establecimiento público sino los viajeros, los mozos que traen sus fardos, los dependientes y las personas que vienen a despedir o recibir a los viajeros; es decir, que allí sólo puede entrar todo el mundo. Al lado numerosas y largas tarifas indican las líneas, los itinerarios, los precios; aconsejaremos sin embargo a cualquiera, que reproduzca, al ver las listas impresas, la pregunta de aquel palurdo que iba a entrar años pasados en el Botánico con chaqueta y palo, y a quien un dependiente decía:
–No se puede pasar con ese traje; ¿no ve el cartel puesto de ayer?
–Sí, señor –contestó el palurdo–, pero... ¿eso rige todavía?
Lea, pues, el curioso las tarifas y pregunte luego: verá cómo no hay carruajes para muchas de las líneas indicadas; pero no se desconsuele, le dirán la razón.
–¡Como los facciosos están por ahí, y por allí, y por más allá!
Esto siempre satisface; verá además cómo los precios no son los mismos que cita el aviso; en una palabra, si el curioso quiere proceder por orden, pregunte y lea después, y si quiere atajar, pregunte y no lea. La mejor tarifa es un dependiente; podrá suceder que no haya quien dé razón; pero en ese caso puede volver a otra hora, o no volver si no quiere.
El patio comienza a llenarse de viajeros y de sus familias y amigos; los unos se distinguen fácilmente de los otros. Los viajeros entran despacio; como muy enterados de la hora, están ya como en su casa; los que vienen a despedirles, si no han venido con ellos, entran deprisa y preguntando:
–¿Ha marchado ya la diligencia? ¡Ah, no; aquí está todavía!
Los primeros tienen capa o capote, aunque haga calor; echarpe al cuello y gorro griego o gorra si son hombres; si son mujeres, gorro o papalina, y un enorme ridículo[1]; allí va el pañuelo, el abanico, el dinero, el pasaporte, el vaso de camino, las llaves, ¡qué más sé yo!
A la derecha del patio se divisa una pequeña habitación; agrupados allí los viajeros al lado de sus equipajes, piensan el último momento de su estancia en la población; media hora falta sólo; una niña –¡qué joven, qué interesante!–, apoyada la mejilla en la mano, parece exhalar la vida por los ojos cuajados en lágrimas; a su lado el objeto de sus miradas procura consolarla, oprimiendo acaso por última vez su lindo pie, su trémula mano...
–Vamos, niña –dice la madre, robusta e impávida matrona, a quien nadie oprime nada, y cuya despedida no es la primera ni la última–, ¿a qué vienen esos llantos? No parece sino que nos vamos del mundo.
Un militar que va solo examina curiosamente las compañeras de viaje; en su aire determinado se conoce que ha viajado y conoce a fondo todas las ventajas de la presión de una diligencia. Sabe que en diligencia el amor sobre todo hace mucho camino en pocas horas. La naturaleza, en los viajes, desnuda de las consideraciones de la sociedad, y muchas veces del pudor, hijo del conocimiento de las personas, queda sola y triunfa por lo regular. ¿Cómo no adherirse a la persona a quien nunca se ha visto, a quien nunca se volverá acaso a ver, que no le conoce a uno, que no vive en su círculo, que no puede hablar ni desacreditar, y con quien se va encerrado dentro de un cajón dos, tres días con sus noches? Luego parece que la sociedad no está allí; una diligencia viene a ser para los dos sexos una isla desierta; y en las islas desiertas no sería precisamente donde tendríamos que sufrir más desaires de la belleza. Por otra parte, ¡qué franqueza tan natural no tiene que establecerse entre los viajeros! ¡Qué multitud de ocasiones de prestarse mutuos servicios! ¡Cuántas veces al día se pierde un guante, se cae un pañuelo, se deja olvidado algo en el coche o en la posada! ¡Cuántas veces hay que dar la mano para bajar o subir! Hasta el rápido movimiento de la diligencia parece un aviso secreto de lo rápida que pasa la vida, de lo precioso que es el tiempo; todo debe ir deprisa en diligencia. Una salida de un pueblo deja siempre cierta tristeza que no es natural al hombre; sabido es que nunca está el corazón más dispuesto a recibir impresiones que cuando está triste: los amigos, los parientes que quedan atrás dejan un vacío inmenso. ¡Ah! ¡La naturaleza es enemiga del vacío!
(…)
Por fin, se adelanta la diligencia, se aplica la escalera a sus costados, y la baca recibe en su seno los paquetes; en menos de un minuto está dispuesta la carga, y salen los caballos lentamente a colocarse en su puesto. Es de ver la impasibilidad del conductor a las repetidas solicitudes de los viajeros.
–A ver, esa maleta; que vaya donde se pueda sacar.
–Que no se moje ese baúl.
–Encima ese saco de noche.
–Cuidado con la sombrerera.
–Ese paquete, que es cosa delicada.
Todo lo oye, lo toma, lo encajona, a nadie responde; es un tirano en sus dominios.
–La hoja, señores, ¿tienen ustedes todos sus pasaportes? ¿Están todos? Al coche, al coche.
Se suceden los últimos abrazos, se renuevan los últimos apretones de manos; los hombres tienen vergüenza de llorar y se reprimen, y las mujeres lloran sin vergüenza.
–Vamos, señores –repite el conductor; y todo el mundo se coloca.
La niña, anegada en lágrimas, cae entre su madre y un viejo achacoso que va a tomar las aguas; la bella casada entre una actriz que va a las provincias, y que lleva sobre las rodillas una gran caja de cartón con sus preciosidades de reina y princesa, y una vieja monstruosa que lleva encima un perro faldero, que ladra y muerde por el pronto como si viese al aguador, y que hará probablemente algunas otras gracias por el camino. El militar se arroja de mal humor en el cabriolé, entre un francés que le pregunta: «¿Tendremos ladrones?» y un fraile corpulento, que con arreglo a su voto de humildad y de penitencia, va a viajar en estos carruajes tan incómodos. La rotonda va ocupada por el hombre de las provisiones; una robusta señora que lleva un niño de pecho, y un bambino de cuatro años, que salta sobre sus piernas para asomarse de continuo a la ventanilla; una vieja verde, llena de años y de lazos, que arregla entre las piernas del suculento viajero una caja de un loro, e hinca el codo, para colocarse, en el costado de un abogado, el cual hace un gesto, y vista la mala compañía en que va, trata de acomodarse para dormir, como si fuera ya juez. Empaquetado todo el mundo se confunden en el aire los ladridos del perrito, la tos del fraile, el llanto de la criatura; las preguntas del francés, los chillidos del bambino, que arrea los caballos desde la ventanilla, los sollozos de la niña, los juramentos del militar, las palabras enseñadas del loro, y multitud de frases de despedida.
–Adiós.
–Hasta la vuelta.
–Tantas cosas a Pepe.
–Envíame el papel que se ha olvidado.
–Que escribas en llegando.
–Buen viaje.
Por fin suena el agudo rechinido del látigo, la mole inmensa se conmueve y, estremeciendo el empedrado, se emprende el viaje, semejante en la calle a una casa que se desprendiese de las demás con todos sus trastos e inquilinos a buscar otra ciudad en donde empotrarse de nuevo.

Revista Mensajero, n.º 47, 16 de abril de 1835. Firmado: Fígaro.



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  1. Aunque Larra es sin duda un escritor romántico, su formación francesa e ‘ilustrada’ se trasluce en el espíritu reformador de sus artículos, en los que critica el atraso de España en las costumbres y modos de vida. Comenta  en qué medida deja ver Larra su espíritu reformador.
  2. ¿Qué aspectos de la vida cotidiana critica posteriormente?
  3. A continuación, el reportero identifica la diligencia como un microcosmos en el que se concentran algunas características del Romanticismo. Selecciona esos detalles y alusiones.
  4. El último párrafo de la segunda página es un claro ejemplo de dinamismo narrativo cuajado de buen humor; dicho de otro modo, es un pasaje ‘divertido’. ¿Qué recursos lingüísticos y literarios utiliza el autor para conseguir ese objetivo?
  5. Tomando como referencia de partida el artículo "La diligencia" (de Larra), escribimos (en una página, es decir, unas 500 palabras, con letra Arial o Times del 12) un reportaje de tono romántico, sustituyendo la diligencia por un tren que sale de la estación de Sol. En el texto tienes que combinar la descripción del ambiente dinámico y bullicioso de la estación con la narración de una historia romántica entre dos viajeros (y recuerda que la estética del Romanticismo presenta ingredientes variados), una historia que empieza y termina en el lapso de tiempo que dura el viaje.

    Planifica detenidamente tu texto (el contenido y la estructura, sobre todo).

   Redacta sin prisas, cuidando el léxico y la ortografía (activa la opción de 'revisar' ortografía     
   para que te marque en rojo los posibles errores que deberás corregir), buscando los giros y   
  expresiones más adecuados, hilando adecuadamente unas frases con otras y cada párrafo con el 
  anterior y el posterior.

   Revisa lo escrito varias veces antes de publicarlo.

   Cuando publiques, asegúrate de separar los párrafos con una línea en blanco; verás que el 
   aspecto del conjunto mejora considerablemente, además de facilitar la lectura.

  Una vez pulbicados todos los trabajos, recibirás por correo la revisión de tu texto para que   
 mejores el original y lo publiques de nuevo. Asimismo, recibirás un repertorio general de aciertos   y errores de tus compañeros para comentar en clase.





2A - Don Juan Tenorio

Valoración crítica
Don Juan Tenorio

Ejercicios 

  • Identifica los aciertos y errores de los fragmentos seleccionados y califica cada uno de ellos de 1 a 10.
  • Selecciona el mejor texto de cada uno de los tres apartados. Una vez efectuados los retoques necesarios para unificar el estilo, elabora con ellos una nueva versión del trabajo que tendrás que presentar en clase.

PÁRRAFO INICIAL

  1. La acción transcurre a finales del reinado de Carlos I, concretamente en Sevilla. La obra consta de dos partes, cada una de las cuales dividida en actos. En la primera parte, Don Juan y Don Luis habían hecho una apuesta que consistía en ver quién de los dos ha matado a más hombre, y quién ha sido el más mujeriego. Al cabo de un año, se encuentra Don Luis y Don Juan, y el primero no reconoce su derrota, acepta el desafío de Don Juan que consiste en conquistar a su prometida Doña Ana y a la novicia Doña Inés. Don Juan gana otra vez el reto, y como Don Luis estaba harto, junto con Don Gonzalo, los dos últimos luchan contra Don Juan, y éste mata a los dos. Don Juan huye a Italia por lo sucedido. Sin embargo, cuando regresa pasados 5 años, descubre que Doña Inés había muerto por el amor apasionado. Don Juan se siente muy mal, y mientras esto, aparece la sombra de Doña Inés, y le advierte (para morir tranquilo, se tiene que arrepentir de todas la cosas malas y nefastas causadas a lo largo de su vida. Don Juan, invita a cenar a Centellas y Avellaneda, en la cual aparece la sombra de Don Gonzalo, y los dos invitados se burlan de Don Juan, entonces éste mata a Avellaneda, pero al mismo tiempo es asesinado por Centellas. En ese mismo momento es cuando Don Juan se arrepiente y salvado por su amada Doña Inés. (A.M.)
  2. La obra se ambienta en la Sevilla del siglo XIV, y de acuerdo con las características románticas, estas obras rompen definitivamente con la regla de las tres unidades (acción, espacio y tiempo). De este modo, observamos que la obra no se centra en un único espacio, sino que se mueve en varios ambientes (taberna de Butarelli, quinta de don Juan, panteón), y que tampoco respeta la regla del tiempo, pues la obra transcurre en dos noches distintas con un intervalo de tiempo entre las dos de cinco años. Asimismo, la obra tampoco se desarrolla en torno a una única acción (el amor imposible, el ansia de libertad del protagonista, la rivalidad entre don Juan y don Luis) >> (J.S.)
  3. Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias que confrontan España e Italia desde la mitad del siglo XV, sirve para introducir la cultura italiana a la península, el romanticismo. Esta corriente representa el inicio de la modernidad, aunque de una forma compleja, asienta las bases de la ideología del Estado liberal Burgués. Así, los poetas románticos mitifican al personaje solitario, al pirata, mendigo, al condenado. El modelo romántico supone la huida de la realidad considerada fría, monótona y sin espíritu. Ese movimiento de huida toma dos rutas en España, en la obra de Zorrilla “Don Juan Tenorio” se inicia la búsqueda del pasado medieval con el uso del mito de don Juan, con un final en el que Juan se arrepiente y pide perdón, acabando con la visión trágica caracterizada en las otras obras románticas, pues es producto de otro contexto, el triunfo del liberalismo.  (S.E.)
  4. El Romanticismo es un movimiento cultural llegado desde Italia en el que se exaltan al personaje solitario como el pirata o el bandido. Este estilo busca la huída de la realidad en el que se rescata el pasado medieval y se intenta llegar a la conquista de la libertad. José Zorrilla adopta el mito medieval de Don Juan (como hicieron otros como Tirso de Molina o Zamora) y su Don Juan Tenorio es una obra que representa fielmente las ideas del teatro romántico. En esta se puede observar como el honor retoma su poder sobre la razón ilustrada, además predominan ambientes lúgubres y oscuros plenamente románticos, a su vez se exalta un amor más pasional aun estando en contra de la opinión de los progenitores. (A.P.)
  5. La obra pertenece al teatro romántico ya que los rasgos del romanticismo destacan en el personaje principal con su procedencia de una familia noble y con poder de la que se aleja por culpa del juego y las pasiones amorosas, ansia de libertad antepuesta a cualquier cosa y su individualismo que sitúa a la mujer como algo secundario y con las características de un objeto; además rechaza todo aquello relacionado con la moral y se guía por sus pasiones e instintos. También se pueden apreciar rasgos románticos en la ruptura de las tres unidades en la obra cambiando diversas veces de lugar, en el exotismo del final con la aparición de una sombra que representa a Doña Inés y figuras de piedra, y con la aparición de episodios y personajes secundarios. (C.G.)
  6. La obra, publicada en 1844, es en multitud de aspectos buen referente del teatro romántico. Éste toma como fundamentos principales el amor y las preocupaciones vitalistas, de gran importancia para el destino trágico de las representaciones; la figura del héroe en búsqueda de libertad política (tema recurrente en todo el siglo XIX), así como en continua disputa entre sus pasiones y el código moral establecido; y la protagonista enamorada, la cual responde a los cánones de la pureza, comúnmente en relación con la mística o religión (J.G.)
  7. El Don Juan Tenorio de Zorrilla es una obra perteneciente al teatro romántico que posee un carácter un tanto revolucionario, y que trata como tema principal al amor y a la muerte. José Zorrilla se basó en obras anteriores que también habían operado con el mito del Don Juan, como la de Tirso de Molina y la de Zamora, principalmente. De la obra del primer autor, “El Burlador de Sevilla”, Zorrilla retoma el personaje caracterizado tal cual, y de la obra del segundo, rescata el arrepentimiento del final de la obra. Con todo esto podemos decir que Zorrilla ya tenía el trabajo hecho en cuanto a la obra, pero lo característico de este Don Juan Tenorio es el personaje de Doña Inés y su evolución durante la obra. Zorrilla parece caracterizar a Doña Inés como la Virgen (madre), y es ella quien salva a Don Juan (hijo) de la ira de Dios (padre). Este rasgo religioso es propio del romanticismo de Francia y España. > (M.L.)

TEMA-ESTRUCTURA-PERSONAJES-LENGUAJE

  1. Tema, estructura, métrica, lenguaje, personajes.  El tema utilizado en esta obra es la seducción, así como la vida del burlador. Está estructurada en dos partes, la primera parte correspondiente a una noche, y la segunda parte a otra noche distinta y tras un espacio de tiempo de cinco años entre ambas. Está escrita en verso, presentando polimetría debido al uso de redondillas, décimas, romances, quintillas, etc. El lenguaje utilizado es coloquial, y mezcla elementos líricos. Finalmente, los personajes principales son aquellos que representan un papel importante a lo largo de la obra (Don Juan, Doña Irene, Don Gonzalo, Don Luis...), y los personajes secundarios aquellos que no intervienen mucho, y que no interfieren en nada en el desarrollo de la acción. (D.I.).
  2. En cuanto a la estructura interna del libro, podemos ver que sigue el planteamiento, nudo y desenlace. El tema principal que trata Zorrilla, es la libertad d decidir, la capacidad del individuo de modificar su destino, además del amor y la rebeldía contra Dios (satanismo). Asimismo, la obra no respeta ninguna de las reglas clásicas, ya que hay diferentes acciones que suceden en diferentes lugares. Respecto al tiempo, entre las dos partes se establece un contraste. La obra está escrita en verso, y presenta polimetría. Cabe mencionar, que el lenguaje empleado, mezcla elementos líricos, un coloquialismo neutro, algunos arcaísmos y algunas palabras modernas, así como libertino. Destacamos la escenografía en la segunda parte: ángeles voladores, apariciones y desapariciones de personajes… (A.M.)
  3. Espacio: La obra se desarrolla en varios lugares tales como; la hostelería de Buttarelli (donde comienza la obra y se reúnen los personajes), el convento de Calatrava (donde Don Juan rapta a Dña. Inés), la casa de Don Juan (donde los espíritus, muestran a Don Juan sus errores) y el cementerio (el lugar donde da comienzo la segunda parte y finaliza con la muerte de Don Juan).
Tiempo: La obra transcurre en dos partes, de las cuales la primera transcurre en el transcurso de una noche, y la segunda tras cinco años, sucede en un tiempo inferior a la primera, no obstante la primera parte es mucho más dinámica que la segunda.
Personajes: Finalmente, el número de personajes de la obra es mucho mayor que en el neoclasicismo. Solo hay un personaje principal, Don Juan Tenorio, y este aparece en todos los actos. Por otro lado también son importantes los personajes de Dña. Inés y Don Luis Mejía. Pero donde realmente apreciamos la diferencia es en el número de personajes secundarios que hay, entre los que se encuentran Gonzalo de Ulloa (padre de Inés), Diego Tenorio (padre de Don Juan), Ana de Pantoja (prometida de Don Luis), el capitán Centellas y el capitán de Avellaneda, Buttarelli, Ciutti (sirviente de Don Juan) y Brígida. También hay un gran número de personajes menos importantes que los secundarios como Pascual, Lucía, La Abadesa, Gastón, Miguel, un Escultor, dos Alguaciles y un Paje. (D.C.)
  1. Marcada por las características del romanticismo en la obra hay una desaparición de cualquier regla preestablecida, se elimina la regla de las tres unidades del neoclasicismo y destaca el tono vibrante debido a la abundancia de escenas violentas, duelos, muertes, ambientes tenebrosos, etc. Técnicas como la introducción de gran número de personajes que dan juego a la trama y un lenguaje cargado con una mezcla de versos de distintas medidas; los de arte menor, que dan un carácter exaltado, lleno de adjetivos; y los de arte mayor, que por el contrario producen un ambiente más tranquilo y sosegado. (S.M.)


OPINIÓN PERSONAL

  1. En mi opinión este libro representa bastante bien las características del romanticismo, y comparándolo con obras de periodos anteriores, debo reconocer que las supera a todas, en cuanto a entretenimiento. Al ser una obra de carácter dinámico y es una obra amena y fácil de leer. No obstante hay partes en las que los monólogos, solo aminoran el ritmo de la obra, lo cual influye a la hora de leerlo y de comprenderlo. En mi opinión esos monólogos “dicen mucho, pero no dicen nada”.
Además otro factor que influye negativamente en la obra, es el final en el que Don Juan se arrepiente de todos sus pecados y es perdonado. El verdadero Don Juan, o al menos en mi opinión, debería mantenerse fiel a su estilo y forma de vida, dinámica, controvertida y polémica, no pedir clemencia al final de su vida por miedo a su destino, tras la muerte.
A pesar de estos factores esta obra me parece una de esas obras que es necesario leer para comprender, no solo el periodo en el que está escrito, sino también las intenciones de los artistas y la gente normal. (D.C.)
  1. En mi opinión la obra muestra con claridad el deseo de rebeldía y ansías de libertad con los que el lector se sienta identificado, pero para mí aunque el nuevo final alternativo impuesto por Zorrilla es el toque que diferencia su obra con el mito de Don Juan y crea así una final feliz gracias al arrepentimiento, no me parece bien, aunque es bonito, creo que no es justo que después de todos los malos actos cometidos por Don Juan pueda salvar su alma tan solo arrepintiéndose, además de el hecho de que lo consigue gracias al sacrificio de Doña Inés. Por lo demás la obra me parece muy bien escrita ya que hace que gracias a las acotaciones te sitúes perfectamente en el escenario. (J.M.)
  2. En mi opinión lo mejor de esta obra es el misterio que se crea gracias a los espacios oscuros. Por otra parte, me extraña como me ha podido parecer tan fácil de leer siendo verso ya que suele ser mas difícil, pero parece que este escrito en prosa. Sin embargo, lo que menos me ha gustado es que al ser tan compleja no se termina de entender alguna cosa como el papel de algunos personajes (Pascual) y el empiece, puesto que no tiene un principio en sí, la acción ya está empezada. A pesar de ser un clásico, lo recomendaría porque de algún modo la obra tiene un punto satírico y el misterio te atrae mas a leer. (A.R.)
  3.  Personalmente, destaco una concatenación de características atractivas de la obra, como su escritura en verso, y, simultáneamente, su necesidad de sólo veintiún días para componerse, según una carta conservada del propio Zorrilla. Así, valoro igualmente que hoy día este teatro aún se represente, del mismo modo en que sea la versión de susodicho escritor la que se encuentre más extendida. Por último, he de admitir que me produce eminente encanto la personalidad de don Juan Tenorio, ya que, gracias a lo que corresponde a su actitud carismática y grandilocuente, su habilidad para evadir situaciones enrevesadas, y, para sí, su enmascarada susceptibilidad, descubro en él un símbolo de independencia y sensibilidad. (J.G.)
  4. En relación a la valoración personal, es una obra que resulta amena de leer ya que tiene un cierto ritmo que la hace entretenida, además refleja muy bien los temas de los que trata la obra y también los temas más utilizados en la época. En el final aporta un toque de fantasía muy interesante con la aparición de las estatuas y las sombras. (J.D.)
  5. El siguiente texto presenta deficiencias en varios niveles: corrección ortográfica y gramatical, coherencia (temática y estructural) y cohesión de sus constituyentes. Redáctalo de nuevo de tal modo que esos errores queden resueltos.
     
    Don Juan Tenorio es un drama romántico que se escribió por José Zorrilla en 1844. Los temas principales de esta obra son: el tema central es el amor y los subtemas son la muerte, el honor y la valentía. Como este drama es de la época romántica presenta características del romanticismo: Se situa en lugares solitarios, tenebrosos en concreto en un cementerio(cobran vida las esculturas), el amor entre Don Juan y Doña Inés es imposible ya que Don Juan tiene que huir a Italia por haber matado a Don Luis y Don Gonzalo, hay muchos personajes, el héroe es de familia noble es un hombre solitario que no quiere integrase en la sociedad, tiene un final trágico, predominan los sentimientos sobre la razón, las acciones ocurren casi siempre por la noche y finalmente esta obra tiene cierto misterio(las estatuas cobran vida, las sombras hablan...).

     

    lunes, 22 de noviembre de 2010

    2A de Bachillerato: Morfología léxica


    MORFOLOGÍA LÉXICA < FORMACIÓN DE PALABRAS

    ·        Simple > papel
    ·        Derivada > papelería
    ·        Parasintética > empapelar
    ·        Compuesta > pisapapeles
    ·        Compuesto sintagmático > fin de semana
    ·        Siglas > ONG
    ·        Acrónimos > teletrabajo / TALGO / modem
    .     Préstamos > escáner / mercado negro / internet

    Algunos prefijos en castellano:



    Des
    Pro
    In
    Con
    Contra
    Ultra
    Super
    Sobre

    Re
    Ante
    Semi
    Mono
    Pre

    Trans
    Ex
    Bi
     
    Pluri
    Sub
    Infra
    Extra
     
    Archi
    Entre
    Inter
    Mini


    Dis
    Ecto
    Epi
    Peri
    Endo

    Circum
    Anfi
    Tele
    Hemi
     
    Hexa
    Hiper 
    Hipo
    Penta
    Vice
    Neo
     
    Paleo
    Micro
    Pseudo
    Hetero
     
    Homo
    Equi



    Algunas bases grecolatinas para compuestos cultos o tecnicismos:

    Primer componente



    Biblio
    Bio
    Clepto
    Cosmo
    Cromo


    Crono
    Etno
    Filo
    Fono


    Foto
    Gastro
    Geo
    Hagio 
              (santo)


    Hidro
    Neuro
    Xeno
              Xilo


     

    Segundo componente


    Algia
    Cida
    Cracia

    Dromo
    Fobo
    Forme

    Filo
    Grafo
    Grama

    Logo
    Teca
    Metría
    Tecnia



    Conviene describir el proceso paso a paso

    ·        Navegador > Del LX  sustantivo ‘nave’ deriva el V ‘navegar’ y de ahí mediante SF > sust derivado > utensilio-herramienta (‘destornillador, dosificador’) > ‘Navegador’: aplicación informática que permite conectarse a internet y ‘navegar’ por sus páginas.

    ·        Universalidad es la cualidad de universal. Las dos palabras pertenecen a la familia léxica de universo, que podemos considerar, en castellano, como la base léxica, a la que se le añade, primero, el sufijo al, que forma adjetivos a partir de sustantivos (ejemplos: universo-> universal; mundo -> mundial); y luego, el sufijo -idad, que forma sustantivos abstractos a partir de adjetivos. Se trata, pues, de una palabra derivada.                                             

    ·        Insumiso se forma a partir del verbo someter, que produce un participio regular, sometido,  y otro irregular con valor únicamente de adjetivo, sumiso, al que se le añade el prefijo negativo –in. Es, por tanto, una palabra derivada.

    ·        Asustar > Al LX-sustantivo sust se le incorporan a un tiempo el PF a  y el MF verbal ar > El verbo ‘asustar’ se forma, pues, por parasíntesis, como ocurre con atemorizar, acongojar, apropiar(se), amilanar(se)…                                                                                              

    EJERCICIO.- Describe los procedimientos de formación de estas palabras:



    Minicadena
    Camión cisterna
    Monoplaza
    Senderismo
    Enamorar
    Regionalista
    Navegador
    Antisistema
    Agroturismo
    Todoterreno
    Atesorar
    Mercado negro
    Entristecer
    Sobreponerse
    Humanidades
    Inhumana
    Desaguisado
    Emborracharse
    Informatizar
    Recalificar
    Biocombustible
    Pósit
    Fitipaldi
    Cortometraje
    Aspirina
    ERE
    Aclimatar
    Embrutecer
    Hidroterapia
    Baloncesto
    Maleducado
    Banesto
    Ovni
    Cronómetro
    Termómetro
    Anestésico
    Anestético
    Bilateralidad
    SELUR
    Etiquetaje
    Airbag
    Progubernamental
    Desengrasante
    Pericarditis
    Electrocardiograma
    Electrrencefalograma
    Vip
    Fotomontaje
    Padecimiento
    Encolerizada
    Encandilar
    Depuración
    Hipnotismo
    Uniformidad
    Docudrama (acr)
    Revalorizable
    Coche-bomba
    Constitucionalista
    Precampaña
    Hiperactividad
    Atardecer
    Hipoglucemia
    Engatusar
    Multifuncional
    Antiglobalización
    Urbanizable
    Operación retorno
    Faringitis
    Liposucción
    Mercosur
    Pasteurizar
    Contraproducente
    Web
    Agujero negro
    Tragaperras
    Play-off
    CSIC
    Publirreportaje
    Catering
    Fotomontaje
    Agradecer
    Monoplaza
    Hipoglucemia
    Embotellar
    Neurocirujano
    Finde
    Microorganismo
    Empequeñecer
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    jueves, 18 de noviembre de 2010

    2A > LARRA - El duelo

    En un siglo en que ya se ven las cosas tan claras, y en que ya no es fácil abusar de nadie, en el Siglo de las Luces, una de las cosas sobre que está más fijada la pública opinión es el honor, quisicosa que no se encuentra nombrada en ninguna lengua antigua. En la historia antigua no se ve un solo ejemplo de un duelo. Agamenón injuria a Aquiles, y Aquiles se encierra en su tienda, pero no le pide satisfacción. Alcibíades alza el palo sobre Temístocles, y el gran Temístocles, según nuestra moderna civilización, queda como un cobarde.
    El duelo, en medio de la duración del mundo, es una invención de ayer: cerca de seis mil años se ha tardado en comprender que cuando uno se porta mal con otro, le queda siempre un medio de enmendar el daño que le ha hecho, y este medio es matarle. El hombre es lento en todos sus adelantos, y si bien camina indudablemente hacia la verdad, suele tardar en encontrarla.
    Mi objeto era referir simplemente un hecho de que no ha muchos meses fui testigo ocular; pero como yo no presencié, digámoslo así, más que el desenlace, mis lectores me perdonarán si tomo mi relación ab ovo.
    Mi amigo Carlos, hijo del marqués de***, era heredero de bienes cuantiosos, que eran en él, al revés que en el mundo, la menos apreciable de sus circunstancias. Adorado de sus padres, que habían empleado en su educación cuanto esmero es imaginable, Carlos se presentó en el mundo con talento, con instrucción, con todas esas superfluidades de primera necesidad, con una herencia capaz de asegurar la fortuna de varias familias, con una figura a propósito para hacer la de muchas mujeres, y con un carácter destinado a constituir la de todo el que de él dependiese.
    Pero desgraciadamente la diferencia que existe entre los necios y los hombres de talento suele ser sólo que los primeros dicen necedades y los segundos las hacen; mi amigo entró en sociedad, y a poco tiempo hubo de enamorarse; los hombres de imaginación necesitan mujeres muy picantes o muy sensibles, y esta especie de mujeres deben de ser mejores para ajenas que para propias. La joven Adela era sin duda alguna de las picantes; hermosa a sabiendas suyas y con una conciencia de su belleza acaso harto pronunciada, sus padres habían tratado de adornarla de todas las buenas cualidades de sociedad; la sociedad llama buenas cualidades en una mujer lo que se llama alcance en una escopeta y tino en un cazador, es decir, que se había formado a Adela como una arma ofensiva con todas las reglas de la destrucción; en punto a la coquetería era una obra acabada, y capaz de acabar con cualquiera; muy poco sensible, en realidad, podía fingir admirablemente todo ese sentimentalismo sin el cual no se alcanza en el día una sola victoria. ¿Cómo no adorar a Adela? Era la verdad entre la mentira, el candor entre la malicia, decía mi amigo al verla en el gran mundo; era el cielo en la tierra. De allí a poco Carlos y Adela eran uno.
    He oído decir muchas veces que suele salir de una coqueta una buena madre de familia; también puede salir de una tormenta una cosecha: yo soy de opinión que la mujer que empieza mal, acaba peor. Adela fue un ejemplo de esta verdad; medio año hacía que se había unido con santos vínculos a Carlos; la moda exigía cierta separación, cierto abandono. Un joven del mejor tono fue más asiduo y mañoso, y Adela abrazó por fin las reglas del gran mundo; el joven era orgulloso, y entre el cúmulo de adoradores de camino trillado parecía despreciar a Adela; con mujeres coquetas y acostumbradas a vencer, rara vez se deja de llegar a la meta por ese camino. ¡¡¡Adela no quería faltar a su virtud...pero Eduardo era tan orgulloso!!! Era preciso humillarlo; esto no era malo; era un juego; siempre se empieza jugando. Cómo se acaba no lo diré, pero así acabó Adela como se acaba siempre.
    La cosa desgraciadamente fue escandalosa, y el mundo exigía una satisfacción. Carlos hubo de dársela. Eduardo fue retado, y llamado yo como padrino no pude menos de asistir a la satisfacción. A las cinco de la mañana estábamos los contendientes y los padrinos en la puerta de..., de donde nos dirigimos al teatro frecuente de esta especie de luchas. Ésta no era de aquellas que debían acabar con un almuerzo. Una mujer había faltado, y el honor exigía en reparación la muerte de dos hombres. Es incomprensible, pero es cierto.
    Se eligió el terreno, se dio la señal, y los dos tiros salieron a un tiempo; de allí a poco había expirado un hombre útil a la sociedad. Carlos había caído, pero habían quedado en pie su mujer y su honor.

    ( Fígaro, 27 de abri1 de 1835)

    1.      Resumen del texto.
    2.      En el artículo, Larra pone en entredicho tanto el trasnochado concepto del honor como un cierto modelo de educación femenina. Relaciona su visión de esos dos temas con la que ofrecen el teatro barroco (El alcalde de Zalamea, Fuenteovejuna ) y la comedia neoclásica (El sí de las niñas).
    3.      Con los ejemplos oportunos, comenta los recursos lingüísticos y literarios mediante los que el autor presenta su crítica.

    martes, 9 de noviembre de 2010

    4A > La isla del tesoro - Adaptación de un fragmento









    REVISIÓN

    Caminábamos todos los componentes de la tripulación por la isla cuando, de pronto, oímos una voz bastante familiar. Era una voz idéntica a la de un antiguo capitán llamado Jonathan Flint; y era él precisamente quien había enterrado el tesoro que ahora todos andábamos buscando. Sinceramente, aquella voz nos atemorizó, porque Flint había muerto y las palabras que pronunciaba eran las mismas que había dicho al morir. Nos preguntábamos quién sería el que le imitaba o si sería su espíritu el que hablaba, aunque todos sabíamos que los espíritus no producen eco. Entonces, ¿ante que nos encontrábamos?

    A pesar de aquellas terribles voces, Silver no cedió en su empeño de seguir buscando el tesoro. Y sin embargo... la voz nos resultaba familiar... Sí, era la de Ben Gum, aunque él estaba tan muerto como Flint.

    (Andrea de la Vieja)
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