viernes, 13 de noviembre de 2015

4A: Encuentro en el bosque / Revisión

Cierre > D.15 a las 20h.

13 comentarios:

  1. Aitor López Galán 4ºA

    EL REENCUENTRO DE MARCOS

    Marcos había empezado el día como otro cualquiera. Nada más levantarse había ido al arrollo a lavarse y beber un poco, y al volver comió una pequeña parte del ciervo que había matado con sus compañeros los lobos el día de antes y salió a dar un paseo matutino para despejarse un poco. De repente le volvió a ocurrir aquella extraña sensación, aquel extraño pero familiar olor que todas las mañanas durante la última semana había estado percibiendo sin saber de dónde venía. Ese día el olor era más fuerte y él se decidió a seguirlo. El olor le llevó hasta un claro donde se encontró a una chica rubia y apuesta sentada en una piedra admirando a una pareja de águilas que volaban por encima de sus cabezas. En ese mismo instante se percató de que los demás lobos también estaban allí, escondidos detrás de unos matorrales. Por la posi-ción en la que estaban pudo ver que la iban a atacar pero él salió al claro antes que los demás para espantar a la chica y salvarla de una muerte segura.

    Tras varios días sin volver a percibir el olor, una bella mañana de verano lo volvió a percibir con otros tantos olores junto a él. Cuando se acercó pudo ver que la chica estaba acompañada de otras personas preparando algo parecido a una cabaña al lado de una hoguera así que decidió no acercarse más y volver a su guarida, con sus her-manos los lobos, aunque le tentase ya que podría ser peligroso, decidió dejarlo para otra ocasión.

    A la mañana siguiente, se acercó al grupo de personas y estuvo escondido observán-doles y esperando el momento en que se separase la chica. Tras varias horas detrás de los arbustos vio que las personas se separaban y la muchacha volvía al mismo claro donde la había encontrado. Entonces Marcos empezó a seguirla y, tras varios minutos esperando en las sombras decidió acercarse a ella y olfatearla. La muchacha, asombrada por las pieles que llevaba puestas encima, optó por acercarse a él. Y se decidió a hablarle. Al decir la primera palabra, Marcos se asustó y retrocedió. Ella le volvió a hablar en un tono suave, lo cual tranquilizó a Marcos que se volvió a acercar. Ella le dijo – Me llamo Nadia, ¿y tú?-.
    Marcos la miró e intentó repetir las palabras de la muchacha. Estuvieron toda la tarde juntos y cuando Nadia volvió al campamento los demás hombres lo vieron y lo llevaron ante la guardia civil. A Marcos le costó adaptarse a la nueva pero conocida vida y Na-dia empleó un papel muy importante al ser su gran apoyo y su primera y mejor amiga. Desde entonces, aunque Nadia estaba casada, pasaban todos los fines de semana juntos en el bosque, donde Marcos ayudaba a Nadia a estudiar todas las especies que encontraban, pero en especial a sus queridos amigos los lobos. Aunque Marcos ya se había acostumbrado a la vida en la ciudad seguía teniendo una amistad especial con los lobos, tanta era su amistad con ellos que consiguió que Nadia se acercase a ellos sin que la atacaran.

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  2. Marcos era un chico que nació en un pueblo. Su madre lo maltrataba y su padre no podía mantenerlo, así que se lo vendieron a un ganadero. Un día el ganadero desapareció y Marcos se fue. Cuando iba por el bosque encontró una guarida con cachorros de lobos. Estuvo jugando con ellos hasta que se quedó dormido, y cuando llegó la madre de las crías lo aceptó en la familia, ya que no les había hecho nada a sus crías y él era aún pequeño.

    Un día, estaba saliendo a por comida para él y para los lobos cuando se encontró de frente a una chica. Él se quedó perplejo al ver un ser parecido a él pero con diferente físico. Por lo tanto se asustó y retrocedió, se quedó detrás de un arbusto vigilándola y mirando sus movimientos. Ocurrió justo cuando menos se esperaba él que la chica se diera cuenta de su presencia al llamar a sus familiares, los lobos. La chica empezó a preguntarle pero él no comprendía nada, por lo tanto se asustó.

    La chica se extrañó y se quedó quieta ya que no sabía nada de él. Marcos al ver que la chica se quedó quieta empezó a acercarse, tocarla y olerla. La chica se rio, pero Marcos se asustó. Entonces ella empezó a tocarle la cabeza para calmarle. Los dos se sentaron en una piedra, Marcos con la cabeza apoyada sobre las piernas de la chica. Los lobos acudieron a la llamada de Marcos y se tumbaron a vigilar por si pasaba algo extraño.

    La chica empezó a decirle cómo se llamaban diferentes objetos en su idioma y así Marcos empezó a pronunciar palabras. La chica no se dio cuenta de su reloj y cuando lo miro vio que llegaba tarde al punto donde debía de estar, entonces le dio dos besos. Marcos se quedó con una expresión extraña en la cara por los dos besos, ya que no sabía lo que quería decir. Entonces lamio la mejilla de la chica y ella se rio. La chica se fue y Marcos se quedó mirándola hasta donde llagaba su vista. Cuando ya no lograba verla se fue corriendo con su familia a la cueva.

    Emilio López Novillo 4ºA

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  3. Iván Lorente Fernández13 de noviembre de 2015, 16:36

    Marcos era un niño de unos siete años de edad, que vivía en una pequeña casa en un pueblo junto a su padre y su madrastra. Ella lo trataba fatal, maltratándole pegándole; le hacía trabajar “como una mula” en casa y en las tareas del campo. Corrían tiempos difíciles, el hambre y la pobreza se apoderó de su familia. Debido a estos problemas, el padre de Marcos lo abandonó en el bosque y así tener una boca menos que alimentar en casa. Además no tendría que dedicar su tiempo a su hijo y podría emplearlo en atender al ganado y así ganar más dinero para su nueva mujer y para él.

    Marcos fue encontrado por una manada de lobos que lo crió durante muchos años. Le enseñaron a cazar y pescar para poder alimentarse. También le enseñaron cuáles eran los peligros que se encontraría en el bosque y cómo afrontarlos.

    Marcos llevaba dos años viviendo entre lobos. Los días pasaban con monotonía, hasta que una mañana en la que salió a cazar escuchó voces que venían del río. Se acercó hasta allí sin hacer ruido y se encontró con unos excursionistas. Uno de ellos se separó del grupo. Marcos, que tenía instinto cazador, le siguió y se escondió para que no le viera. Marcos estaba hambriento, lo único que deseaba era llevarse algo a la boca. Con gran rapidez, se abalanzó sobre él. Vió que era una chica. Al verla pensó que podía ser como su madrastra y salió corriendo del miedo.

    A Marcos se le mezclaban las ideas, por un lado pensaba que no todas las mujeres tenían que ser como su madrastra, pero por otro lado pensaba que podría hacerle el mismo daño que ya le había causado ella.

    Después de una semana, Marcos pensó que era momento de ir a buscarla para hablar con ella y aclarar su duda sobre las mujeres. Al cabo de unas horas Marcos detuvo a Amanda, que así se llamaba la joven. Los dos hablaron durante un buen rato. Amanda le hizo recordar cosas sobre los humanos y sus costumbres. Poco a poco ella y Marcos se empezaron a gustar y ella sacó a Marcos del bosque para irse a vivir juntos de nuevo a la civilización.

    IVÁN LORENTE FERNÁNDEZ 4ºA

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  4. UN CAMBIO INESPERADO


    Marcos volvía de cazar con sus hermanos. Ese día había sido muy bueno porque habían conseguido cazar un ciervo.Llegaron a la cueva donde vivían él, sus padres y sus hermanos. Ellos nunca empezaban a comer sin que sus padres llegaran, eso es lo que le había enseñado su madre que era con la que más estaba. Ella era una loba robusta,cabeza grande y redondeada,en la que destacaban sus orejas triangulares, siempre erguidas como si siempre algo o alguien los estuviera acechando,pero muy cortas.


    Un día, él estaba bebiendo en un arroyo, cuando por primera vez vio su reflejo. Primero se asustó, porque pensó que había un ser desconocido detrás de él, pero después de observar, que los gestos que él hacía, eran los mismos que se reflejaban en el agua. Desde ese momento se sintió extraño para sus hermanos y sus padres porque ellos son más peludos y más ágiles que él.


    Marcos y sus hermanos estaban muy hambrientos, pero seguían sin probar la comida. De pronto se oyó un ruido atronador. Marcos, como era el más grande dijo, a sus hermanos que se llevarán el ciervo a la cueva, y que no salieran hasta que él llegara. Marcos salió corriendo a través del bosque, pero de pronto oyó un aullido que nunca antes había oído.


    Caminando cautelosamente, se fue acercando hacia el ruido. Sentada en una roca, vio a una chica llorando, tenía el mismo aspecto que él, solo que con algunas diferencias. Ambos tenían poco pelo en el cuerpo y unos dientes, que no se parecían al de sus hermanos, sino como al los del él.


    La chica era de estatura media, de una hermosura que Marcos nunca había visto. Marcos la observó con curiosidad, quiso acercarse un poco pero la chica salió corriendo, Marcos siguió a la chica , pero ella siguió gritando y corriendo hasta que se cansó. Marcos como se conocía muy bien el bosque, cogió un atajo hasta donde se encontraba la chica. Marcos observaba con detenimiento a esa extraña criatura, que se parecía a él solo que era más hermosa,se fue acercando pero la chica se iba alejando.


    Estaba sentada en el suelo jadeando del cansancio. La chica, vio que Marcos no presentaba ningún rasgo de ser agresivo, entonces dejó que Marcos se acercara. Él empezó a oler a la chica, olía a rosas, era un olor dulce que se impregnaba en su piel. Recordó que él ya había visto a gente como ella, en un pasado, que él recordaba vagamente.


    La chica preguntó cómo se llamaba, pero Marcos había olvidado las palabras y también su significado, apenas entendió lo que le dijo la chica. Solo se sabía una palabra, era su nombre, pero él no lo sabía. Entonces él le dijo la única palabra que recordaba, lo dijo de una manera que casi inteligible, y como si fuera un perro se puso boca arriba en señal de felicidad, porque era la única manera, que él conocía para expresar sus sentimientos, a Marcos le gustaba estar con ella.


    Oyó otra vez el sonido, que había hecho, que Marcos abandonara a sus hermanos. se asustó entonces la chica intentó que se calmara, le dio un abrazo Marcos sintió una cosa que nunca había sentido el calor que le transmitía aquella extraña chica era raro sentía que necesitaba su compañía, por primera vez Marcos se había enamorado.


    Entonces un señor extraño llegó allí, la chica fue corriendo y lo abrazó .La chica le pidió a Marcos que lo acompañara pero él se negó, porque algo lo empujaba a volver con sus hermanos, con los que había pasado buen parte de su vida. Regresó a la cueva, sus padres adoptivos habían vuelto se puso a comer con ellos,pero algo dentro de él le pedía la compañía de aquella extraña chica.



    Anthony Smith Lanchimba Galarza 4ºA

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  6. Cuando marcos era un niño, su madre falleció y su padre se casó con una mujer que maltrató a Marcos durante mucho tiempo. Por la falta de dinero, fue entregado o vendido a un cabrero, al que ayudaba. Pero este enfermó y murió dejando solo a Marcos en plena naturaleza con a penas 7 años.
    Muchos años de su vida, convivió solo en el bosque alimentándose por sí solo, y rodeado de manadas de lobos las cuales consideraba como su familia.
    Aprendió a cazar animales, a pescar...a valerse por sí mismo.

    Habían pasado alrededor de 10 años cuando una mujer merodeaba por aquel bosque, fotografiando animales y preciosos lugares.
    Revisando la cámara, se dio cuenta que en el fondo de una de ellas se hallaba el cuerpo de un muchacho, con la cabellera larga y la cara manchada de porquería. Se quedó bastante extrañada al respecto y decidió ponerse a buscar por el bosque a ver si le encontraba.
    Se encontró con una pequeña cueva de donde procedía una especie de sonidos de animales, jugueteando con alguien. La chica, llamada Natalia, rubia, ojos castaños, y esbelta se encontraba ensimismada con aquella escena. El chico de su foto estaba jugando con una manada de lobos, riéndose, y pasándoselo genial, si, con una manada de lobos.
    No pudo hacer nada más que sorprenderse y alejarse un par de pasos de la entrada de la cueva.
    Pero Marcos olió su perfume, extrañado por un olor que hacía mucho que no olía, y que realmente no reconocía. Salió con la espalda encorvada y no estaba seguro de lo que estaba viendo. Un recuerdo vino a su mente ¿Era mujer? Asombrado por la belleza de aquella chica, que tendría alrededor de los 20 años, no sabía como actuar al respecto.
    Natalia saludó tímidamente, pronunciando la palabra 'hola' y a la vez haciendo el gesto de saludo. Pero Marcos no contestó, se ciñó a arquear la ceja y dar un paso hacía delante. Pero Natalia estaba asustada, el chico tenía un aspecto repulsivo como de un vagabundo y con un olor asqueroso. Pero no le dio tiempo a seguir pensando acerca de su olor cuando unos 6 lobos se acercaban bruscamente hacia ella, asustada empezó a gritar y dar puñetazos al vuelo. Marcos no entendía por qué ella actuaba de esa manera, al ser de su familia, a él nunca le habían tratado de mala manera y no comprendía por qué estaba asustada. Pero la chica llamó su atención y pidió a sus amigos que se echasen hacia atrás, ordenándolos que se largasen a otro sitio, y cómo no, le hicieron caso.
    Natalia pensaba que esto era de locos y prefirió irse. Pero no pasó mucho tiempo cuando escuchó un gran aullido proveniente de una voz humana, girándose rápidamente y observando como Marcos le hacía un gesto con la mano pidiéndola que volviese a ese lugar y de pronto sonó un 'hola' entrecortado, que venía de la voz de Marcos, un hola que apenas se entendía, como si nunca antes lo hubiese pronunciado. Y es ahí donde Natalia se dio cuenta de que ese muchacho no sabía hablar, o por lo menos no lo recordaba.
    Aparte de ser una chica bonita, era de lo más curiosa y desempeñaba el trabajo de periodista, y no podía perderse la historia de Marcos, que en verdad, aun no sabía cual era.

    Y se acercó. Pasó al rededor de cuatro horas cuando Marcos solo contestaba asintiendo o negando con la cabeza, y solo a una pudo contestar. '¿Eres feliz aquí?' Y su respuesta, de esperar, era que sí.

    Natalia, volvía cada lunes y cada viernes a visitarle, a saber más de él, y a empatizar con ese lugar. Le ayudó un poco con el idioma, a saber comunicarse un poco más allá de gestos.

    Pasaron al rededor de 6 años cuando Natalia consiguió sacar a la civilización a Marcos haciendo ver que hay más maneras de ser feliz, pero ninguna como la de estar en libertad.

    PAULA SAN JOSÉ 4ºA

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  7. MARCOS, EL LOBO HUMANO

    Marcos se despertó una de las noches de mucho frío. Su cabeza empieza a recapacitar y se pregunta qué hubiera sido de él si ahora mismo estuviera viviendo en la civilización. Harto de pensar en cosas que a la larga le pueden hacer daño se pone en pie y se va a dar una vuelta por el monte. Esa misma noche desde lo alto de la montaña donde el se encontraba se veía un pequeño resplandor a lo lejos. Decidió acercarse a mirar. Cuando estaba a unos quinientos metros de distancia se dio cuanta de que era un mini campamento, y decidió salir corriendo hacia su cueva y dejar de pensar en la civilización.

    Los días transcurrían y Marcos no podía dejar de pensar lo que había visto esa noche, no podía de dejar de pensar en la civilización y de lo que el hubiera sido si hubiera tenido una mujer que la hubiera hecho compañía. Pero se hizo fuerte y logro olvidarse de aquellos extraños pensamientos y el solo quería ser feliz con su familia de lobos.

    Los días pasaban, y aquella reflexión le hizo recapacitar y no volvió a pensar en ello. Marcos seguía su vida como de costumbre, cazaba animales para subsistir, jugaba con los cachorros de los lobos, se bañaba en el río con el resto... Pero un día en el que estaba en busca de un ciervo para comer, se topó con algo inesperado y que no recordaba haberlo visto nunca, o no lo recordaba. Era un ser humano, pero no era como el sino que era una bella chica con el pelo liso y castaño oscuro. En ese momento Marcos no sabia cómo reaccionar y decidió seguirla.

    La bella chica llevaba el cuerpo cubierto de ropa hecha por lana de ovejas y llevaba una bolsa colgada del cuello donde iba echando bayas que se iba encontrando por el suelo. La chica sabia bien lo que hacía y conocía muy bien la naturaleza, por eso cuando echó una mirada hacia un arbusto rápidamente se dio cuenta de que allí había una persona escondida, sacó disimuladamente un cuchillo que llevaba dentro de la mochila y se acercó al arbusto.

    En ese instante la chica preguntó - ¿Quién anda ahí? -. Pero nadie contestaba. - Tranquilo, no te voy ha hacer nada si no me haces nada - comentó la chica.
    Lentamente Marcos sacó la cabeza del arbusto y la chica lo miró con cara de asombro. En ese instante, la chica le ofreció la mano para que saliera de aquel arbusto. Y él aceptó. Lo dos se sentaron y la chica empezó a preguntarle muchas cosas.

    -¿Como te llamas?, ¿Qué haces aquí escondido?, ¿Por qué vas así vestido?-. Pero Marcos no contestaba. La chica se calló durante varios segundos, entonces Marcos decidió decir algo. - Yo ser Marcos. Yo vivir con lobos-. La chica lo miró con cara abrumadora y le contestó: - ¿Cuántos años tienes?-. Y Marcos le sonrió y no dijo nada. Al cabo de varios segundos, se oyó una voz lejana que decía: - ¡Sofía vuelve aquí inmediatamente! -. La bella chica se levantó y se fue corriendo. En ese instante Marcos se levantó y volvió con su familia.

    A la mañana siguiente Marcos decidió volver a ir al lugar donde había visto a aquella preciosa chica, pero no vio nada. Los días pasaban y Marcos seguía yendo a aquel lugar pero seguía sin verla. Marcos le daba vueltas sobre aquella situación y pensaba si debía o no volver a la civilización. Pensaba y pensaba hasta que una noche se acordó de aquella casa que había visto hace mucho tiempo. Tras pensarlo varias veces decidió que debía ir a ver si estaba allí aquella preciosa chica que había visto varias semanas atrás.

    Tras despertarse desayunó fuerte, se lavó en el río y se puso en marcha en dirección a la casa. A falta de quinientos metros para llegar a la casa se encontró con la preciosa chica de la otra vez y fue rápido hacia ella. Sofía, que así se llamaba la chica, lo agarro del brazo y lo llevó hasta la casa. En la puerta de la casa se encontraba el padre de Sofía y rápidamente se dio cuenta de que era aquel chico del que su hija le había hablado. Sofía y su padre le dieron cobijo. Lo lavaron, lo peinaron y le pusieron una ropa decente. Al cabo del tiempo, el padre de Sofia le enseñó el oficio de pastor y fue el sucesor del padre de Sofía.

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  8. Ahora mismo Marcos ya esta totalmente reinsertado en la sociedad, esta casado con Sofía y trabaja de pastor en el monte donde el se había criado, y gracias a conocer los movimientos y la forma de vida de los lobos nunca le ocurrirá nada a su precioso rebaño de ovejas. Marcos también ha tenido un hijo y ha decidido que va a ser también pastor pero su padre le van a enseñar a convivir con los lobos; por eso le manda alguna temporada a vivir con ellos. Así Marcos siempre va a ser conocido como el lobo humano y no dejará que nunca desaparezcan sus raíces.

    Francisco José Plana

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  9. Ahora mismo Marcos ya esta totalmente reinsertado en la sociedad, esta casado con Sofía y trabaja de pastor en el monte donde el se había criado, y gracias a conocer los movimientos y la forma de vida de los lobos nunca le ocurrirá nada a su precioso rebaño de ovejas. Marcos también ha tenido un hijo y ha decidido que va a ser también pastor pero su padre le van a enseñar a convivir con los lobos; por eso le manda alguna temporada a vivir con ellos. Así Marcos siempre va a ser conocido como el lobo humano y no dejará que nunca desaparezcan sus raíces.

    Francisco José Plana

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  10. Marcos, el niño salvaje
    Se encontraba Marcos en un claro del bosque jugando con dos de sus compañeros lobos, cuando de repente empezaron a escuchar varios ruidos. Los animales se asustaron y huyeron, mientras que a Marcos la curiosidad le hizo de acercarse al lugar de donde el barullo procedía. Se trataba de un pequeño grupo de jóvenes humanos preparando un asentamiento.
    Mientras él les observaba, apareció una chica detrás de él, que, con poca vergüenza se presentó diciéndole su nombre, Sara, y le preguntó por él. Marcos, aterrado, se puso a gritar y echó a correr a su cueva, en la que vivía con los lobos. Aunque tardó poco en volver al lugar donde estaban los humanos y observarles desde una mejor posición. Volvió a ver a la misma chica, pero esta vez se quedó mirándola fijamente, mientras notaba cómo se le aceleraba el corazón. No sabía qué le pasaba, nunca sintió que un ser le llamara la atención de esa forma. Escondido, intentaba pronunciar su nombre. “Sara”. Empezó a reflexionar, algo en su interior le decía que debía acercarse a ella, pero ¿cómo podría hacerlo? Y al estar con ella, ¿cómo debería tratarla? Marcos era consciente de que ella hablaba un idioma muy distinto al suyo y que él dominaba muy poco, por no decir nada, por lo que empezó a tratar de recordar todo el vocabulario aprendido en su infancia.
    Los días pasaban. Por la mañana se dedicaba a observarla a ella y los demás jóvenes, viendo cómo se comportaban, e intentando entender su forma de comunicarse. Cada noche intentaba imaginar la forma en la que intentaría llamar su atención, para así poder pasar el tiempo con ella y también cómo establecer comunicación con ella.
    Llegó el día. Marcos estaba decidido, no podía esperar más, se encaminó a ir a por ella. Al llegar el amanecer fue directo al campamento, sin vergüenza ni reparo, pero para su sorpresa, no había nadie. Ni una tienda de campaña a la vista. Nervioso, empezó a inspeccionar el bosque en su busca, gritando su nombre, que se sabía entonces a la perfección, pero no había rastro. Lo único que localizó, fue un autocar en la distancia, que se iba en dirección a la ciudad.

    Raúl Golderos, 4ºA

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  11. Marcos, el pequeño lobo

    Erase una vez un niño llamado Marcos que tenia siete años. El vivía con su familia. Eran pobres por lo que no podían mantenerlo. Su madrastra era cruel y le pegaba muy a menudo, le gritaba y le trataba como a un criado.

    Un día, su padre decidió abandonarlo en el bosque del pueblo, para así tener menos bocas que alimentar. Los lobos lo encontraron y le acogieron en su manada como si fuera uno más. Marcos creció y a sus dieciséis años ya tenia costumbres de lobo. Le enseñaron a cazar y a defenderse por si mismo.

    Un día una intrusa entro en el bosque y los lobos olieron su rastro y fueron en su busca. Junto a ellos iba Marcos. Cuando la encontraron, vieron que era una joven muchacha de cabello oscuro y ojos claros. La rodearon y ella lloraba y gritaba. Marcos cuando le vio se quedo helado, era la primera vez en muchos años que veía a alguien de su misma especie. Se interpuso para impedir el ataque pero los lobos le desafiaban con la mirada para que este se apartase, pero marcos se puso en posición de ataque y le indico a la muchacha que se fuese corriendo hacia una cueva.

    Marcos finalmente fue con la chica y la cuidó como a él le habían cuidado de pequeño los lobos, le traía agua, algunos conejos muertos, insectos y algunos frutos del bosque. La muchacha no comía nada. Estaba asustada y no decía palabra alguna. Pasaron las semanas y ella comenzó a comer, pero continuaba sin hablar hasta que un día escuchó a Marcos chapurreando palabras sin sentido. Ella le dijo que su nombre era Greace y le pregunto cuanto tiempo llevaba viviendo en el bosque, pero Marcos no entendía nada, y Greace al verlo le intento enseñar alguna que otra palabra de su idioma. Al cabo del tiempo Marcos aprendió a hablar y Greace le consiguió explicar el motivo por el que se había escapado de su casa.


    Pasaron los años y cuando los dos tenían treinta años, se fueron a vivir juntos a una casa de madera en el bosque donde vivieron y crearon una familia muy feliz junto a los lobos.


    Miriam Yuste 4ºA

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  12. MARCOS Y LA CAPA ROJA

    Marcos no solía salir mucho de su cueva, compartida con su familia lobuna. Estaba situada en lo alto de una pequeña colina elevada de las demás, donde se podía ver con claridad una gran extensión de terreno repleto de árboles frondosos. La mayor parte del tiempo lo pasaba en aquella cueva tan acogedora, por temor al peligro y estar a salvo de cualquier posible depredador. Aún así, le gustaba salir a escarbar, investigar, observar y escuchar todo lo que le rodeaba. Siempre tenía los ojos y los oídos bien abiertos.

    Un día decidió salir a explorar y pasar la tarde como muchas otras, en aquel bosque, donde la fauna y la flora abundaban por todos sus rincones. El aire fresco llenaba todo el ambiente y hacía de él un entorno más agradable.

    Cuando llevaba ya un tiempo razonable paseando, mientras recolectaba semillas y frutos, oyó cerca un sonido dulce. Una voz femenina. Al parecer, el ser que emitía esos preciosos sonidos, estaba cantando una bucólica melodía, pero Marcos, no lograba descifrar lo que cantaba. El pequeño decidió ir tras esos sonidos tan maravillosos. A medida que iba acercandose a la fuente del sonido, el volumen también aumentaba y de repente, pudo ver una figura cubierta por un manto rojo que dejaba entrever un rostro femenino. Marcos, se acercó intentando llamar su atención. Lo consiguió imitando los sonidos que hacía ella. El muchacho observó que la jóven se dió la vuelta para ver qué ocurría y averiguar de quién eran esos sonidos que la imitaban. Él sintió la mirada de la chica por un segundo y notó que no estaba acostumbrada a ver a un niño en esas condiciones y seguidamente se fueron acercando simultaneamente. No se paraban de mirar y Marcos no se inmutaba, era como si sus miradas hubiesen conectado perfectamente sin saber uno del otro y mucho menos sin entenderse.

    Se fue haciendo tarde, la manada de lobos acechaba y estando alerta para ver que no ocurría nada que pudiese perjudicarle. Marcos empezó a ver a la chica con cara de preocupación. Por signos, era la única forma que más o menos podían utilizar para comunicarse. Sin ninguna explicación, la muchacha salió corriendo apresuradamente. Lo único que recordó desde entonces, era un punto rojo alejándose en el horizonte. El color de aquella capa que se iba disipando mientras anochecía.

    Blanca Pascual 4ºA

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  13. MARCOS Y LA CAPA ROJA

    Marcos no solía salir mucho de su cueva, compartida con su familia lobuna. Estaba situada en lo alto de una pequeña colina elevada de las demás, donde se podía ver con claridad una gran extensión de terreno repleto de árboles frondosos. La mayor parte del tiempo lo pasaba en aquella cueva tan acogedora, por temor al peligro y estar a salvo de cualquier posible depredador. Aún así, le gustaba salir a escarbar, investigar, observar y escuchar todo lo que le rodeaba. Siempre tenía los ojos y los oídos bien abiertos.

    Un día decidió salir a explorar y pasar la tarde como muchas otras, en aquel bosque, donde la fauna y la flora abundaban por todos sus rincones. El aire fresco llenaba todo el ambiente y hacía de él un entorno más agradable.

    Cuando llevaba ya un tiempo razonable paseando, mientras recolectaba semillas y frutos, oyó cerca un sonido dulce. Una voz femenina. Al parecer, el ser que emitía esos preciosos sonidos, estaba cantando una bucólica melodía, pero Marcos, no lograba descifrar lo que cantaba. El pequeño decidió ir tras esos sonidos tan maravillosos. A medida que iba acercandose a la fuente del sonido, el volumen también aumentaba y de repente, pudo ver una figura cubierta por un manto rojo que dejaba entrever un rostro femenino. Marcos, se acercó intentando llamar su atención. Lo consiguió imitando los sonidos que hacía ella. El muchacho observó que la jóven se dió la vuelta para ver qué ocurría y averiguar de quién eran esos sonidos que la imitaban. Él sintió la mirada de la chica por un segundo y notó que no estaba acostumbrada a ver a un niño en esas condiciones y seguidamente se fueron acercando simultaneamente. No se paraban de mirar y Marcos no se inmutaba, era como si sus miradas hubiesen conectado perfectamente sin saber uno del otro y mucho menos sin entenderse.

    Se fue haciendo tarde, la manada de lobos acechaba y estando alerta para ver que no ocurría nada que pudiese perjudicarle. Marcos empezó a ver a la chica con cara de preocupación. Por signos, era la única forma que más o menos podían utilizar para comunicarse. Sin ninguna explicación, la muchacha salió corriendo apresuradamente. Lo único que recordó desde entonces, era un punto rojo alejándose en el horizonte. El color de aquella capa que se iba disipando mientras anochecía.

    Blanca Pascual 4ºA

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