martes, 6 de noviembre de 2012

LU > "Decamerón"




Boccaccio, Selección de tres relatos del Decamerón:

·         I,3 > El judío Melquisedec y el sultán Saladino.
·         III, 10 > Alibech se hace ermitaña…
·         X, 10 > El marqués de Sanluzzo y Griselda.


Enlaces en los que podéis encontrar algunas de las lecturas del curso:


·         Boccaccio > Decamerón > http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ita/bocca/decanota.htm
·         Poe > El corazón delator > http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/corazon.htm
·         Guy de Maupassant > El collar >
·         Antón Chéjov > Vanka >
·         Coleridge > “Kubla Khan” >>
·         Keats > “Oda a un ruiseñor” y Oda a una urna griega” >>

 

Decamerón > Actividades


PRIMER RELATO > I-3

1.      ¿Qué relación encuentras entre la intención de Saladino y la pregunta que le plantea a Melquisidech? Dicho de otra forma, ¿qué estrategia tiene Saladino para conseguir su propósito, es decir, el préstamo? ¿Es una estrategia coherente?
2.      La respuesta de Melquisidech parece poco sincera, en la medida en que él es un buen judío, a menos que todo sea un recurso de Boccaccio para difundir una opinión propia. Si así fuera, ¿qué se propone el autor, teniendo en cuenta el contexto histórico y cultural de Florencia en el siglo XIV?


SEGUNDO RELATO > III-10

1.      El narrador plantea el caso (muy común en la Edad Media) de la joven (musulmana o judía, se supone) que siente curiosidad por el cristianismo y se acerca esa religión. Visto así, podría parecer que Boccaccio intenta hacer proselitismo. ¿Estás de acuerdo con esa interpretación del relato?
2.      En ese mismo cuento, se puede afirmar que Boccaccio se burla de la religión?
3.      Llama la atención el giro que toma el relato hacia la mitad del mismo. ¿En qué consiste ese giro? ¿Puede decirse que el autor es un adelantado del feminismo?
4.      En las Conclusiones del Autor, Boccaccio se justifica asegurando que ha intentado moderar el lenguaje cuando había que abordar asuntos escabrosos. Visto lo cual, ¿qué significa el siguiente fragmento?:
Así, tan frecuentemente invitando la joven a Rústico y consolándolo al servicio de Dios, tanto le había quitado la lana del jubón que en tales ocasiones sentía frío  en que otro hubiera sudado; y por ello comenzó a decir a la joven que al diablo no había que castigarlo y meterlo en el infierno más que cuando él, por soberbia, levantase la cabeza.

TERCER RELATO > X-10

1.      Al revés de lo que ocurre en el cuento anterior, la esencia de esta historia es decididamente deleznable. Comenta por qué.
2.      Y sin embargo, el autor se sirve de un recurso narrativo para aligerar la crueldad del relato y ofrece, de paso, su verdadera opinión acerca de lo ocurrido en el mismo. ¿De qué recurso se trata?
3.      El relato se sitúa, ideológicamente, en las antípodas de III-3. ¿Qué sentido tiene? ¿Es coherente?
4.      La actitud de Gualtieri parece absurda: sin motivo alguno para dudad de la lealtad y obediencia de su mujer, la somete a una serie de pruebas humillantes para corroborar lo que ya sabe. ¿Qué sentido puede tener esa actitud?
5.      En un episodio del Quijote, Cervantes traza una secuencia que evoca en cierto modo el relato de Boccaccio. Dice así el pasake:
—Quiero, Sancho, que sepas que el famoso Amadís de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes. No he dicho bien fue uno: fue el solo, el primero, el único, el señor de todos cuantos hubo en su tiempo en el mundo. Digo asimismo que cuando algún pintor quiere salir famoso en su arte procura imitar los originales y esta mesma regla corre por todos los más oficios o ejercicios y así lo ha de hacer y hace el que quiere [*] alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajos nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y de sufrimiento, como también nos mostró Virgilio en persona de Eneas el valor de un hijo piadoso y la sagacidad de un valiente y entendido capitán. Desta mesma suerte, Amadís fue el norte, el lucero, el sol de los valientes y enamorados caballeros, a quien debemos de imitar todos aquellos que debajo de la bandera de amor y de la caballería militamos. Y una de las cosas en que más este caballero mostró su prudencia, valor, valentía, sufrimiento, firmeza y amor, fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia en la Peña Pobre, mudado [*] su nombre en el de Beltenebros. Ansí que me es a mí más fácil imitarle en esto que no en hender gigantes, descabezar serpientes, matar endriagos [29], desbaratar ejércitos, fracasar armadas [30] y deshacer encantamentos. Y pues estos lugares son tan acomodados para semejantes efectos, no hay para qué se deje pasar la ocasión, que ahora con tanta comodidad me ofrece sus guedejas [31].
—En efecto —dijo Sancho—, ¿qué es lo que vuestra merced quiere hacer en este tan remoto lugar?
—¿Ya no te he dicho —respondió don Quijote— que quiero imitar a Amadís, haciendo aquí del desesperado, del sandio y del furioso [32], por imitar juntamente al valiente don Roldán, cuando halló en una fuente las señales de que Angélica la Bella había cometido vileza con Medoro [33], de cuya pesadumbre se volvió loco, y arrancó los árboles, enturbió las aguas de las claras fuentes, mató pastores, destruyó ganados, abrasó chozas, derribó casas, arrastró yeguas y hizo otras cien mil insolencias dignas de eterno nombre y escritura [34]? Y, puesto que yo no pienso imitar a Roldán, o Orlando, o Rotolando [*] (que todos estos tres nombres tenía) [35], parte por parte, en todas las locuras que hizo, dijo y pensó, haré el bosquejo como mejor pudiere en las que me pareciere ser más esenciales [36]. Y podrá ser que viniese a contentarme con sola la imitación de Amadís, que sin hacer locuras de daño, sino de lloros y sentimientos, alcanzó tanta fama como el que más.
—Paréceme a mí —dijo Sancho— que los caballeros que lo tal ficieron fueron provocados y tuvieron causa para hacer esas necedades y penitencias; pero vuestra merced ¿qué causa tiene para volverse loco? ¿Qué dama le ha desdeñado, o qué señales ha hallado que le den a entender que la señora Dulcinea del Toboso ha hecho alguna niñería con moro o cristiano [37]?
—Ahí está el punto —respondió don Quijote— y esa es la fineza de mi negocio [38], que volverse loco un caballero andante con causa, ni grado ni gracias [39]: el toque está en desatinar [*] sin ocasión y dar a entender a mi dama que si en seco hago esto ¿qué hiciera en mojado [40]?
(El Quijote, I-25)
6.      ¿Qué parecidos encuentras entre la actitud de Gualtieri y el caballero de La Mancha?

COLOFÓN

1.      En la Conclusión del Autor, al final de la obra, Boccaccio da respuesta a las posibles objeciones que pudieran hacerse a su obra. Sintetiza en un esquema tanto las objeciones como las explicaciones o justificaciones del autor.


EVALUACIÓN

-Señor mío, la cuestión que me proponéis es fina, y para poder deciros lo que pienso de ella querría contaros el cuentecillo que vais a oír. Si no me equivoco, me acuerdo de haber oído decir muchas veces que hubo una vez un hombre grande y rico que, entre las otras joyas más caras que tenía en su tesoro, tenía un anillo bellísimo y precioso al que, queriendo hacer honor por su valor y su belleza y dejarlo perpetuamente a sus descendientes ordenó que aquel de sus hijos a quien, habiéndoselo dejado él, le fuese encontrado aquel anillo, que se entendiese que él era su heredero y debiese ser por todos los demás honrado y reverenciado como a mayorazgo, ya que a quien fue dejado por éste guardó el mismo orden con sus descendiente e hizo tal como había hecho su predecesor. Y, en resumen, este anillo anduvo de mano en mano de muchos sucesores y últimamente llegó a las manos de uno que tenía tres hijos hermosos y virtuosos y muy obedientes al padre por lo que amaba a los tres por igual. Y los jóvenes, que conocían la costumbre del anillo, deseoso cada uno de ser el más honrado entre los suyos, cada uno por sí, como mejor sabían, rogaban al padre, que era ya viejo, que cuando sintiese llegar la muerte, a él le dejase el anillo. El honrado hombre, que por igual amaba a todos, no sabía él mismo elegir a cuál debiese dejárselo y pensó, habiéndoselo prometido a todos, en satisfacer a los tres: y secretamente a un buen orfebre le encargó otros dos, los cuales fueron tan semejantes al primero que el mismo que los había hecho hacer apenas distinguía cuál fuese el verdadero.
(Decamerón, I-3)

  1. Expón el contenido del fragmento y relaciónalo con el relato del que se ha extraído (2 puntos).
  2. Analiza los aspectos formales del texto (1 punto).
  3. Comenta la producción literaria del autor con atención especial a la obra seleccionada (2 puntos).
  4. Sitúa al autor en su contexto histórico-literario (2 puntos).

No hay comentarios:

Publicar un comentario